En los países que se rigen por regímenes democráticos, el derecho a protestar por medidas impuestas por el poder ejecutivo, es una norma permitida y la ciudadanía puede expresar su inconformidad por medio de protestas que se entiende deben ser pacíficas y que no alteren el libre tránsito ni la paz pública.
En el caso de una huelga nos estamos refiriendo a un tipo de protesta pero más organizada y en el caso de la legislación dominicana orientada a aspectos laborales. La constitución del 2010 dice en el artículo 62 inciso 6, “Para resolver conflictos laborales y pacíficos se reconoce el derecho de trabajadores a huelga y de empleadores al paro de las empresas privadas, siempre que se ejerzan con arreglo a la ley”. Fíjense que se refiere a instituciones privadas, esta tácito que en las empresas públicas las huelgas están prohibidas, tal y como establecía la constitución del 1966 “Sera ilícita toda huelga, paro, interrupción, entorpecimiento o reducción intencional de rendimiento que afecten la administración, los servicios públicos o los de utilidad pública”.
También el código de trabajo en su artículo no. 406 dice: “Son ilegales las huelgas que afecten la seguridad nacional, el orden público, los derechos y libertades ajenos o que se acompañen de violencia física o moral, sobre las personas o cosas, del secuestro de personas o bienes o uso indebido de los equipos e instalaciones de la empresa”.
Ahora bien, si está claramente definido en nuestro sistema jurídico como se deben articular los justos reclamos de la ciudadanía que se realizan en todos los países y se establecen áreas para estos fines por ejemplo en los alrededores de la Casa Blanca o del capitolio en Washington se hacen protestas de manera permanente sin causar malestar a los demás ciudadanos, entonces porque la practica nuestra es de que las huelgas dominicanas tienen que tener violencia, gomas quemadas, pedreas, tiroteos, encapuchados, tirar basura en las calles, amedrentamiento de los comerciantes para que cierren sus negocios, obstrucción de la libertad de transito consagrada en la constitución, etc.?
La respuesta la podríamos encontrar si pensamos que hay huelgas laborales y huelgas políticas. Las huelgas que son legales y por tanto reconocidas son las huelgas laborales que tienen como objetivo el reclamo de una reivindicación económica. Por otro lado, las huelgas políticas en nuestro país se enmascaran de estar interpretando la calamidad de la población, pero la realidad es que persiguen fines políticos ulteriores.
Los fines políticos de las huelgas nuestras están influenciadas por ideologías y practicas comunistas, por ejemplo el Che Guevara dice en su libro Guerra de Guerrillas: “El guerrillero es un reformador social que empuña las armas respondiendo a la protesta airada del pueblo contra sus opresores y que lucha por cambiar el régimen social que mantiene a todos sus hermanos desarmados en el oprobio y la miseria”. Fíjense que efectivamente el método de lucha en nuestro medio es armado y que aspira a cambiar el estado de cosas.
En este sentido las huelgas toman un giro subversivo y peligroso al pretender trastornar el estado de cosas por medios no de derecho, sino de la fuerza. Es importante recordar lo que expresa el manifiesto comunista de K. Marx & F. Engels “Los comunistas no tienen por qué guardar encubiertas sus ideas e intenciones. Abiertamente declaran que sus objetivos solo pueden alcanzarse derrocando por la violencia todo el orden social existente”.
Nosotros en cambio entendemos que en el mundo hay mejores ejemplos que los que simbolizan la violencia, empezamos por el revolucionario mas grande que es el señor Jesucristo que dividio la historia en dos haciendo una revolución pacifica y sobre todo librando a todo el que cree de la muerte eterna. Otro gran líder que libero un país colonizado por el imperio británico lo fue Mahatma Gandhi, quien con su doctrina de la no violencia obtuvo lo que un ejército de un pueblo no pudo lograr. Por eso Gandhi dijo: “La no violencia es la fuerza más grande que la humanidad tiene a su alcance, es más poderosa que el arma más destructiva inventada por el hombre”. Ojala los movimientos sociales, políticos, religiosos, etc.. que de verdad quieren mejorar las acciones políticas y mejorar la administración de los fondos públicos podamos reflexionar y adoptar métodos más civilizados y por supuesto con mayor posibilidad de éxito. ramdelarosa@yahoo.com
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