Siempre me coloco en el lugar de los Haitianos y pienso que es duro ser Haitiano. A pesar de que para nosotros es incómodo vivir como ellos lo hacen, parece ser que están mejor aquí, que en su país natal, Haití.

Son transportados como animales, solo los que tienen suerte, porque cada mañana vemos ese cordón humano caminando hacia las fincas arroceras en busca de trabajo barato. Residen juntos en cualquier espacio insoportable. No creo que haya una raza humana que le pase lo mismo.

Nosotros también somos un país pobre, buscando el desarrollo. Y muchos viven en iguales condiciones sociales que ellos mismos y quizás hasta peor. Aun así creemos que las naciones que pretenden que nosotros absorbamos su pueblo, deben buscar alternativas para ayudarlos, porque nosotros tenemos medio Haití morando con nosotros; solo nos estamos dividiendo el hambre.

Y como las reglas de trasiego geográfico son casi las mismas en todos los países, aquí también debemos tener las nuestras y controlar su paso a la media isla del Este.