Llueve, La Tierra Tiene Sed
La lluvia comienza a caer lentamente y nuestra zona se empapa. Motivo para que los medios de comunicación se centren en la movilización de las personas que tienen el río como residencia. Aunque esto suceda, el agua de lluvia siempre es bienvenida.
Es magia verla deslizarse entre las hojas y escuchar su sonido en el zinc, nos remonta a la niñez, porque ha estado presente desde que nacimos.
Es magia verla deslizarse entre las hojas y escuchar su sonido en el zinc, nos remonta a la niñez, porque ha estado presente desde que nacimos.
Antes llovía más que ahora; no sé, podría ser verdad o falsa ilusión, causada por la pequeñez de nuestros cuerpos. Pero antes corríamos por las calles, bajo los intensos aguaceros y nos cobijábamos en los caños, lanzando a presión el agua acumulada de los techos.
En los campos, los caminos intransitables, formaban lodazales con los largos temporales. Ahora, decir que llueve o que baja la temperatura, no nos lleva a la idea de abrazarnos, de comer asopao caliente y juntarnos para ver las nubes bajitas pasar con la corriente del viento y esa capa densa que se posa sobre falda nuestras montañas.
En los campos, los caminos intransitables, formaban lodazales con los largos temporales. Ahora, decir que llueve o que baja la temperatura, no nos lleva a la idea de abrazarnos, de comer asopao caliente y juntarnos para ver las nubes bajitas pasar con la corriente del viento y esa capa densa que se posa sobre falda nuestras montañas.
La tierra tiene sed. Llueve y no nos ponemos románticos.
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