Compartir con Luis Alfonso Álvarez Honrado, alias El Cutio, en su Peletería La Defensa, es un viaje a las incógnitas de la vida, a lo fantástico y lo tradicional de una vida cargada de anécdotas mundiales. En la foto, estoy recibiendo mi mega cuchilla, dentro de la nueva vaqueta que me manufacturó. El Cutio, de descendencia española, Dominicano de pura cepa; radicado en San Francisco de Macorís, hace ya 70 años.

Él nos dice que su trabajo de talabartero, no es peletería simple, si no, arte en cuero; por eso escucha atentamente cuando le estamos presentando el trabajo que queremos de sus diestras manos.

Allí se manufacturan sillas y accesorios para la monta equina, como pellizas, cinchas, panó, gurrupelas, jáquimas y otros detalles en piel, como vaquetas, correas, collares caninos, estuches para navajas; se reparan bultos, calzados y se abren ojales.

El Cutio es mi amigo y de vez en cuando paso por su tienda a aprender de su primera patria, de la peletería y de su caterva de gatos sin pedigrí; allí me doy un baño internacional con sabor local.